Una dieta rica en frutas y verduras tiene múltiples efectos beneficiosos en nuestra salud:
Ayuda a mantener la tensión arterial bajo control.
Regula los niveles de colesterol (ver blog sobre colesterol bueno).
Fortalece los huesos.
Son indispensables para mantener una buena visión.
Regulan el tránsito intestinal…
Entonces...¿Por qué no comemos más frutas y verduras?
Una de las razones por las que no aprovechamos el poder de los productos frescos es que creemos que las frutas y verduras son caras. No es necesariamente así. Si compramos productos de temporada obtendremos frutas y verduras más sanas y sabrosas además de más baratas.
El tiempo de preparación, el desconocimiento y los viejos hábitos son otros obstáculos para comer más fruta y verdura. He aquí unos tips sencillos para hacer a un lado estas barreras y disfrutar de alimentos deliciosos y nutritivos.
1.Fíjate un objetivo.
Si la fruta y la verdura son elementos secundarios en tu menú, empieza comiendo una fruta o verdura más al día. Cuando te acostumbres, añade otra, y sigue así.
2. Haz trampas, pero saludables.
Añadir zanahorias o calabacines finamente rallados a la salsa de la pasta, pedir doble de verduras en tu durum o añadir extra de verde a un guiso es una forma de conseguir una ración extra de verduras.
3. Innova
Es fácil cansarse de las manzanas, los plátanos y las uvas. Hasta Bugs Bunny se cansaría de las zanahorias. Prueba con un kiwi, un mango, una piña fresca o alguna de las opciones más exóticas que ahora se encuentran en muchos supermercados.
4. Experimenta
Un batido de frutas con leche, una macedonia… cualquier combo que se te ocurra si se basa en fruta o verdura estará genial
5. Moja (pero sin pan)
Prueba a mojar las verduras en humus u otras legumbres para untar, yogur con especias o un poco de de tu salsa favorita.
6. Dipea, a lo sano.
Prueba el puré de aguacate con tomate y cebolla. Las espinacas cocidas en puré también son un delicioso dip. Cualquiera de los dos puede usarse también para untar sándwiches.
7. ¡Al horno sabe mejor!
Corta cebollas, zanahorias, calabacines, espárragos, nabos -lo que tengas a mano-, únelos con aceite de oliva, añade un chorrito de vinagre balsámico y pá
salos a 350° hasta que estén hechos. Asar a la parrilla es otra forma de
realzar el sabor de las verduras. Utiliza las verduras asadas o a la parrilla como guarnición, ponlas en sándwiches o añádelos a las ensaladas.
8. Chocolatealo!
Si todo lo demás falla… siempre nos quedará chocolate. Prueba cualquier tipo de fruta bañada en chocolate negro: ¿qué puede haber más sabroso? Además de un postre delicioso, obtendrás un montón de antioxidantes cardiosaludables, algo de fibra y una gran cantidad de vitaminas, minerales y otros fitonutrientes.
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